Otra vez,
como siempre,
te presentas fría y yo...
inconsciente.
Me miras raro,
tanto que no sé qué quieres,
te metes en mí y adquiero tu mirada,
que... no es lo más bonito del mundo.
¿Y qué haces con el tiempo?
¿Por qué lo acompañas con mis sentimientos?
Para ya,
das miedo.
A veces te ponen en un pedestal,
pero no saben que estás encerrada
en algún sitio,
en algún lugar.
¿Dónde estás?
Porque duele estar sin ti,
mi voz se agota,
mis pasos van lentos.
No lo entiendo.
A veces no puedo pensar,
un bucle me hace girar,
me mareo y...
Sin voz.
A veces soy mi cárcel,
a veces soy el viento,
a veces soy la lluvia.
¿Otra vez yo?
¿Otra vez me toca a mi?
Quien pudiera perderse,
para así encontrarme.
Encontrar.
Probablemente nadando entre barro,
ahogada entre hojas.
Alas rotas.
Encontrar,
Una llave,
Una puerta,
O un corazón.
Encontrar un abrazo,
buscar una sonrisa perdida,
perdernos,
llegar al sol que, por si no lo sabíais, ahora tiene dueña.
Entraste en mi,
y la gente se piensa que soy una heroína,
pero yo digo que no de superhéroe,
sino de mala droga que nunca muere.
Ábreme las puertas del infierno,
o del cielo,
referencia,
más bien horrible advertencia.
Y cuando me quiero dar cuenta,
suena la alarma,
pero ya estoy despierta.
Vuelta a acabar.
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