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Mostrando entradas de enero, 2016

F1RST

Si preguntan, estoy en la concentración,  que permite olvidar las curvas de tu pelo. Las que tenías al despertar. Estoy recreando la explosión de color que eras,  o que éramos,  con el relajante ruido del pintar.  Si preguntan, en cada recoveco imagino que estás,  y te pinto,  y te vuelvo a dar vida,  a cambio de amnesia.  Diré que esto causa el llamado olvido pasajero,  el sentimiento de no estar,  el de poder respirar aunque sea unos segundos.

Hug

Observar llorar me inquieta,  me angustia, me duele.  Supone suplicio y pesar, movimiento y desesperación. Sensibilidad que peca de extremo, empatía que siento en el corazón, latente y ardiente, que no cesa y no acaba. No muere. Existir cuando lo necesiten, aparecer, surgir, brotar... Persistir cinco minutos más, quizá una hora, la noche entera, en vela; móvil entre los dedos, tal vez le de por vibrar. Y ser capaz de recorrer medio Madrid a pulsaciones disparadas, que no son nada comparadas con el recio sentimiento de protección. Y dar el abrigo de mis brazos, abrazos. Y acompañar en la travesía al perdido, y en lo perdido... encontrar la travesía.

Deseo.

Deseo que te dejes llevar por el viento, Que mueva tu pelo que ansía ser tocado por manos que lo merezcan cada luna llena. Que conviertas cada paso en camino, Cuyo final sea enamorarte; de ti.