Hoy escribo para alguien que me recoge y salva constantemente. Que seca mis lágrimas y al que le lleno de mocos su pijama porque él me abraza. Y le da igual.
Escribo para un amigo, para un hermano, para alguien que quiero tanto y que a la vez, a veces mataría. Pero todo eso se queda a un lado de la fantasía que es pensar que tienes a alguien que no te pertenece, pero que quiere estar a tu lado.
Hemos pasado tanto y a la vez tan poco, que no sabría organizar cada uno de los sentimientos que he tenido contigo, pero es que siempre me quisiste tanto que fue fácil no separarme de ti, pese a tiempos de huracanes y tempestades, pese a precipitaciones por mi culpa, y por la tuya.
Siempre has sido Jesús, el que me ha cuidado y al que yo intento cuidar. Da igual lo que seamos, da igual lo que pasemos, incluso da igual si discutimos porque tú y yo nos turnamos como pilares que sostienen algo que no sé exactamente que es, pero existe y me da igual no saberlo, pues me vale con sentirlo.
Y te siento, y te busco, y te abrazo porque das los mejores abrazos del mundo, y quiero que hagas lo mismo, siempre. Y hoy te felicito, aunque debería felicitarme a mi por haberte encontrado.
"AUNQUE TÚ Y YO NUNCA, TÚ Y YO SIEMPRE"
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