Si preguntan, estoy en la concentración, que permite olvidar las curvas de tu pelo. Las que tenías al despertar. Estoy recreando la explosión de color que eras, o que éramos, con el relajante ruido del pintar. Si preguntan, en cada recoveco imagino que estás, y te pinto, y te vuelvo a dar vida, a cambio de amnesia. Diré que esto causa el llamado olvido pasajero, el sentimiento de no estar, el de poder respirar aunque sea unos segundos.