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Los chicos del coro


La película es una maravillosa crítica al sistema de imposición por parte de la dirección del internado. Pues falla, con creces, en todos los aspectos educativos y reeducativos que se pueden emplear para la inserción de esos niños en el mundo laboral – o escolar – dependiendo del caso.

La música, ese gran invento que puede ser capaz de mover incluso almas que vagan en pena por la llamada vida, vidas vacías que se llenan con cada suspiro para decir cada nota, cada palabra de la canción haciendo que se les llene el corazón. Capaz de poner a todo el mundo en la misma línea y dejar esbozar sentimientos. Capaz de amainar la rebeldía. Encantada de ver una y otra vez la película para que me hiciera sentir parte especial de ella. Para que me hiciera partícipe de ese coro, cuyas voces son algo que van más allá de la delicadeza.

Es un sueño poder hacer eso. Poder tener a los chicos más problemáticos y conseguir que te admiren, que muestren respeto… porque resulta que tú les has dado algo que desconocían en sus vidas. Primero, la confianza en la valía de un ser humano que es tratado como un animal, y segundo, ofrecerles lo que desconocían; música.

Música como forma de aprendizaje, de respeto, de admiración, de poder, de pasión, corazón, alma y profundidad. Más que una obra de arte, te enseña, bajo cualquier pronóstico, que se puede reeducar, dar una oportunidad mostrando la parte más humana de uno mismo. El creer, creer en personas cuando ni ellos mismos lo hacen, es algo esencial para el desarrollo de la vida. ¿Crees en ti? Y si no lo haces ¿Alguien lo hace? Y si nadie lo hace… ¿Quién lo hará? Sin imaginar hasta donde llega el poder de alguien que cree en ti, no hay más que decir que, quien lo haga alude al más fuerte derecho humano, pues, cuando nadie cree en ti, ni siquiera tu mismo, tu vida se convierte en un verdadero infierno.


La música, que dicen que amansa a las fieras… hace que suceda, les hace sentir y hacer, tener una ilusión, incluso te la hace tener a ti mismo. La película te invita a creer que es posible. Y lo sientes.

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