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Mostrando entradas de abril, 2016

Simple

Igual es solo eso y no hay que buscar nada, igual en lo simple está lo que manda. Igual una mirada sí que vale algo más que mil palabras, o un dibujo más que un cuento de hadas.  Igual es cierto que si no buscas algo lo encuentras, pero aún así no paras de contar, aunque te tires toda una eternidad. Igual quien no arriesga es cierto que no gana, que la respuesta está en uno mismo y no en palabras de alguien que en realidad no dice nada. Igual el que ve colores, los siente.  Y no hace falta explicar sentimientos, ni defectos. Que la simpleza de esto, requiere solo el pintar, y observar lo hace existir.

Pequeño animal

Vuela, y que tus alas corten el viento. Siente así lo que eres, pequeño animal, vive lo que todo el mundo quisiera vivir, siente esa libertad que solo tú puedes alcanzar. Toca el cielo sin morir, atraviesa las nubes de algodón. Cuando quieras toca el suelo, es hora de aterrizar, pequeño animal. Tu piar me hace sentir, tus patitas en la rama, y vuelves a volar, libre. Vuela libre, pequeño animal, nadie alcanzará tu sentir, nadie te alcanzará. Siempre serás eterno, el cielo te cuidará.

Déjame decirte.

Buena consejera, déjame decirte que con miradas te entiendo, y que tu sonrisa es como una fiesta donde invitas a todos el mundo. Déjame decirte lo bien que haces, y deshaces, lo bien que vas, lo genial de tu pensar, de tu sentir, de tu ser. La que siembra sensatez pero tiembla de inseguridad... Amiga, cuando dejes de temblar, te darás cuenta de todo lo que eres para el mundo. Confía, lucha, ríe, llora... y si te caes, no te levantaré,  me tumbaré contigo. Y si tocas el cielo, te veré, y siempre pensaré: "Qué suerte tuve de conocerte". Gracias, Blanca.

Cuento tibetano - Corazón roto.

Había una vez... Una leyenda tibetana asegura que en una pequeña aldea de la meseta, sus pobladores tenían el poder de ver el corazón de las personas. Un día, un hombre joven, proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él máculas ni rasguños. Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar... De pronto, un anciano se acercó y dijo: -"¿Por qué dices eso si tu corazón no es, de ninguna manera, tan hermoso como el mío?" Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos, y estos habían sido reemplazados por ot